Un recóndito lugar que deja un legado generacional de emociones
En este nuevo ensayo, el fotógrafo regresa a La Arenera, ese rincón costero lleno de historias en Regla, La Habana, donde hace una década capturó una narrativa visual que retrataba la esencia juvenil y las dinámicas de un lugar que late con vida propia.
Ahora, con la sensibilidad única que caracteriza su obra, Yaniel Tolentino nos invita a descubrir cómo el tiempo se superpone sin borrar las prácticas, y cómo una nueva generación toma el relevo en este espacio cargado de retentiva y carisma.
Las imágenes en blanco y negro dialogan entre los cuerpos en movimiento, el entorno del mar vecino y las ruinas oxidadas. Es asombroso cómo algunos lugares parecen conservar su espíritu intacto, como si fueran anclajes de una energía que va más allá del tiempo y las generaciones. La Arenera claramente tiene esa magia que conecta a las personas con el pasado y crea nuevas historias a lo largo de los años.
En esta ocasión, el fotógrafo no solo revisita un lugar icónico de su trayectoria artística, sino que también celebra la fuerza de las conexiones humanas que trascienden el tiempo y el espacio.
