

Fragmentos vivos
- Galería Nave 1
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- sábado, octubre 18, 8:00 pm
«Fragmentos Vivos» cartografía la creación contemporánea en Cuba como un territorio de recomposición crítica. Los artistas aquí reunidos operan como arqueólogos del presente, construyendo sus obras a partir de fragmentos de memoria, objetos desechados, paisajes interiores y ecos de la historia del arte.
La exposición teje un diálogo entre la recuperación de lo material y el archivo de lo inmaterial. Alejandro Cañer y Nelson Ponce otorgan una nueva vida estética a libros y maderas descartadas, mientras Greta Reyna y Gabriela Reyna convierten la ropa usada y el maquillaje en soportes pictóricos, desdibujando los límites de lo perdurable. Paralelamente, Douglas Pérez y Laura Sofía Thorrez rescatan fragmentos de la tradición pictórica para recontextualizarlos con ironía o lirismo, un gesto que Michel lleva al plano del objeto al insertar el archivo fotográfico en un espejo.
Esta pulsión por cartografiar lo fragmentado se extiende a lo social y lo personal. María Fernanda Chacón con frases efímeras de las redes sociales, mientras Jorge Rodríguez compone una portada de revista a partir de retazos dispares de la realidad global, creando un collage tan absurdo como revelador. Jennifer Rico oculta cartas astrales en sus paisajes y Dayron Gallardo nos sumerge en universos orgánicos que exploran los límites de la percepción.
Dos ejes centrales otorgan profundidad al conjunto: la relación con el territorio y la psique. Maikel Sotomayor encuentra en el monte cubano un escenario de pureza naif, mientras Kelvin López propone una «terapia floral» que vincula naturaleza y sanación. Este último concepto encuentra su resonancia más profunda en la obra de Amanda Lucía, cuyo proyecto es el corazón pedagógico de la muestra. Al exhibir los resultados de sus talleres de pictoterapia, no solo presenta arte sobre la infancia, sino que entiende el proceso educativo como arte, donde cada dibujo es un fragmento vital que construye identidad.
Completan este panorama las propuestas de Adrian Socorro, con su humor grotesco y provocativo, y Adrian Irsula, cuyas piezas aportan su propia voz a este coro polifónico.
«Fragmentos Vivos» se erige, en definitiva, como un atlas de múltiples capas que celebra la resiliencia creativa. Demuestra que el arte cubano prefiere la astucia a la queja, la recomposición a la renuncia, encontrando en los pedazos dispersos del pasado y el presente la materia prima para imaginar futuros posibles.
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